Mi primer post quería dedicarlo a la principal protagonista del nombre y logo de mi proyecto, la LUNA.
Quien me conoce sabe que desde bien jovencita tomaba la luna, me encantaba la noche y sus misterios y es que el Alma sabe dónde llevarnos cuando necesitamos conexión con nosotr@s mism@s.
Desde hace muchísimos años que la Luna ha sido vinculada a la mujer y a sus ciclo menstrual. Al igual que la Luna, las mujeres transitamos las diferentes energías lunares (creciente, llena, menguante y oscura). Conocer estos ciclos y cómo su energía influye en nosotras es fundamental para entendernos y potenciar nuestra creatividad.
La sociedad patriarcal en la que vivimos, lejos de fomentar este conocimiento, ha hecho que a lo largo de los siglos las mujeres se vayan alejando de su cuerpo, y encima le han ido dando connotaciones negativas a todo lo relacionado con él…incluyendo su sangre.
Las creencias desde bien pequeñas, la poca conexión con la naturaleza, vivir rodeados de cemento, la alimentación y el estrés, hacen que cada vez sean más las mujeres con desarreglos hormonales y problemas de fertilidad.
Es necesario volver a nuestros orígenes, recordar lo que seguramente ya sabemos, recuperar esa conexión con nuestra naturaleza más interna, y una buena forma de empezar es mirando y contemplando la luna.
Si la luna puede mover mareas ¡imagina lo que puede generar en nosotras! Somos principalmente agua…dependemos del agua para sobrevivir. Cada célula, tejido y órgano del cuerpo necesita agua para funcionar correctamente. Tantos astrólogos y científicos han atribuido a la luna poderes energéticos relacionados con las emociones y el comportamiento humano. Continuamente generamos emociones que se van estancando en nosotras, la luna tiene el poder de “cambiar”, de “mover” esos bloqueos y liberarlos…moviendo tus mareas internas. Me imagino que has oído hablar de que en luna llena aumentan el número de partos, ¡y no es casualidad!
Hay que tener en cuenta que la luna no tiene Luz propia, sino que refleja la que recibe el Sol. Dependiendo de la mayor o menor iluminación así será también el beneficio que obtengamos, es decir, mayor o menor relajación o una inyección de energía y claridad para resolver algún aspecto en nuestra vida.
Y bien, ¿Cómo hacer un baño de luna llena?
Bueno, hay varias opciones…
Puedes decidir salir a pasear unos 30 minutos de manera relajada y pensando en esas cosas que quieres “mover” de tu vida, haciendo una pequeña visualización de cómo la luz de la luna te va limpiando y moviendo esos bloqueos que no te dejan dar el paso. Esto se potencia si al llegar a casa enciendes una vela blanca con la intención de pedirle a la luna por eso que tanto deseas, esos cambios en tu vida.
Quizás no puedas salir a pasear y decidas tomar un baño con agua de luna: prepara la noche anterior una zafa, o cubo con agua y déjala a la luz de la luna hasta el día siguiente…llena tu bañera y añade esta agua cargadita de energía. Puedes añadirle unos puñados de sal marina, pétalos de rosa o de la flor que sientas en ese momento, así como unas gotitas de aceite de lavanda, Ylang Ylang o Bergamota.
También podemos aprovechar esos días de luna llena para cargar el agua que beberemos durante el día siguiente poniendo botellas o jarras, preferiblemente de cristal, durante toda la noche a la luz de este maravilloso astro femenino.
No sé en qué momento de tu vida te encuentras ahora pero déjame decirte que es hora que te cuides, es hora de amarte a ti misma sobre todas las cosas, que tomes más momentos de autocuidado, de nutrirte tú para poder ayudar y nutrir a los demás. La luna puede regular tu menstruación, sanar tu útero y devolverte tu poder como mujer, solo tienes que mirarla, llenarte de su Luz, y dejar que cure tus heridas, que encienda la chispa de nuevo que habita en ti, respira…mírala y confía!